Pterodáctilo: Características y Curiosidades
Los pterodáctilos han sido llamados dinosaurios voladores, reptiles voladores e incluso dragones voladores. Pero, los expertos creen que los pterodáctilos representan los primeros reptiles alados que habitaron nuestro planeta. Es posible que sean los ancestros de las aves emplumadas modernas.
- Pterodáctilo: Descripción
- Aspecto y Tamaño
- Comportamiento y Estilo de Vida
- ¿Cuánto Tiempo Vivían los Pterodáctilos?
- Historia del Descubrimiento
- ¿Dónde Vivían los Pterodáctilos?
- De qué se Alimentaban los Pterodáctilos
- Reproducción y Descendencia
- Enemigos Naturales
- Palabras Finales
- Vídeo del Pterodáctilo
- Preguntas Frecuentes sobre los Pterodáctilos
Pterodáctilo: Descripción
El nombre latino tiene raíces griegas. Se traduce del griego pterodaktylos como “dedo alado”. El nombre hace referencia a la presencia de un cuarto dedo largo en las extremidades anteriores de este fósil representante de los reptiles voladores, al que se le asociaba un ala voladora. Los pterodáctilos han sido asignados a un género/suborden que forma parte del numeroso orden de los pterosaurios. Con ello, los consideran los primeros pterosaurios descritos y también los primeros reptiles voladores conocidos en la historia de la paleontología.
Dato Importante
Los pterosaurios no son dinosaurios como tales, pero están muy relacionados con ellos y muchos científicos colocan a los dinosaurios y pterosaurios en el mismo grupo llamado Ornithodira. Lamentablemente, los pterosaurios no dejaron descendientes.
Aspecto y Tamaño
Es difícil comparar al pterodáctilo con un reptil volador, ya que era más bien una ave torpe con un enorme pico como el de un pelícano y unas alas enormes. Cabe destacar que el pterodáctilo no era muy grande, como era habitual en aquella época. La envergadura de este dragón volador no superaba el metro. Otras especies de pterodáctilos eran incluso más pequeñas, como sugieren algunos hallazgos. Los pterodáctilos adultos se caracterizaban por tener un cráneo largo y esbelto y unas mandíbulas largas y delgadas, dotadas de dientes de aguja cónicos.
Los dientes delanteros eran los más grandes, y su tamaño disminuía gradualmente hacia la garganta. En comparación con otras especies relacionadas, el cráneo y las mandíbulas eran rectos, sin ninguna curvatura. El cuello era alargado y bastante flexible, sin costillas cervicales, pero se podían ver las vértebras cervicales. La parte posterior de la cabeza tenía una cresta alta, que aumentaba de tamaño a medida que el pterodáctilo maduraba. Los Pterodáctilos destacaban por sus buenas cualidades de vuelo a pesar de su tamaño. Estas características se deben a los huesos ligeros y huecos que forman la base de las alas coriáceas.
Dato Curioso
El ala de un pterodáctilo no es más que un gran pliegue de piel que estaba “unido” al cuarto dedo y a los huesos de la muñeca. Las extremidades inferiores eran algo más pequeñas que las superiores, ya que el cuarto dedo era tan largo como la mitad de las extremidades. Una larga garra creció en su extremo.
Los dedos voladores tendían a doblarse. La membrana interdigital del ala estaba formada por finos músculos protegidos por la piel y sostenidos por crestas queratinosas en el exterior y fibras de colágeno en el interior. El cuerpo del pterodáctilo estaba cubierto de un ligero pelaje que daba la apariencia de ingravidez total sobre el fondo de las enormes alas. Cabe señalar que Johann Hermann pintó el pterodáctilo en 1800 como bastante bien alimentado, aunque los expertos dicen que tenía un cuerpo delgado y estrecho.
En cuanto a la cola, no hay consenso entre los especialistas, ya que algunos creen que no había cola en los pterodáctilos, mientras que otros creen que estaba presente, pero desapareció en el proceso de evolución. Los que hablaron de tener una cola creen que era necesaria para que los pterodáctilos vivieran cómodamente en el aire. El hecho de que la cola desapareciera, según creen los biólogos, se debe a que sus cerebros se agrandaron y desarrollaron, provocando la desaparición de la cola.
Dato Interesante
El pterodáctilo era un reptil, pero a diferencia de las serpientes y los lagartos que son de sangre fría, los científicos creen que los pterodáctilos eran de sangre caliente porque tenían un pelaje que era casi como el vello de tu brazo, y esto significaba que podían generar su propio calor.
Acerca de su Tamaño
Los pterodáctilos variaban en tamaño, con envergaduras que iban desde 1 metro (aproximadamente el tamaño de un bate de béisbol profesional) hasta 11 metros (aproximadamente el tamaño de un autobús largo).
Comportamiento y Estilo de Vida
Se supone que los pterodáctilos tenían un estilo de vida gregario, lo que indica que estaban muy organizados. Eran principalmente activos durante el día. Hasta ahora, los expertos se preguntan si alguna vez batieron las alas en vuelo, sobre todo porque no hay duda de su capacidad para elevarse libremente en el aire. La mayoría de los expertos dan preferencia al vuelo con aletas, aunque la técnica era algo diferente a la de las aves modernas. Lo más probable es que los pterodáctilos realizaran aleteos lentos y poco frecuentes en vuelo, como los albatros, por ejemplo.
Después de cada aleteo de las alas, el pterodáctilo se entregaba a la deriva. Naturalmente, el largo cuello y la enorme cabeza interferían en el proceso de vuelo, por lo que sólo se puede especular. Otro gran debate es cómo los pterodáctilos eran capaces de despegar antes de volar. Algunos científicos creen que los pterodáctilos se lanzaban fácilmente desde cualquier superficie, incluida el agua.
Dato Importante
Algunos opositores creen que a los pterodáctilos les resultaba difícil despegar, sobre todo porque tienen que estar a cierta altura para hacerlo. El pterodáctilo utilizaba sus afiladas garras para subir a una altura (en una roca, un acantilado o un árbol).
Se cree que los pterodáctilos trepaban por cualquier superficie con facilidad, pero eran torpes cuando se desplazaban por el suelo, ya que se veían obstaculizadas por sus alas plegadas y sus dedos doblados.
En el agua, se sentían mucho más cómodos porque las mallas entre los dedos se convertían en una especie de aletas. Los pterodáctilos tenían una vista excelente, por lo que podían observar los bancos de peces desde el aire. En el aire, los pterodáctilos se sentían más seguros. Dormían con la cabeza agachada, como los murciélagos, aferrados a una cornisa o a la rama de un árbol con sus garras.
¿Cuánto Tiempo Vivían los Pterodáctilos?
Los pterodáctilos eran animales de sangre caliente, por lo que su esperanza de vida se calculó de forma similar a la de las aves modernas de tamaño similar. Por ello, se tomaron como base aves como las águilas y los buitres, que tienen una vida de hasta 70 años.
Historia del Descubrimiento
El esqueleto de un pterodáctilo fue descubierto por primera vez en Alemania, en los yacimientos de piedra caliza de Solnhofen.
Conceptos Erróneos
En 1870 apareció una colección de la bestia no identificada en la colección privada del conde Friedrich Ferdinand con sus restos. Cuatro años después, los restos fueron descritos por Cosimo Alessandro Collini, historiador francés y secretario del propio Voltaire. Estuvo a cargo del departamento de historia natural del Palacio de Carlos Teodoro en Baviera. Los restos de esta criatura recibieron el estatus de hallazgo más antiguo con el nombre de pterodáctilo, además de pterosaurio.
Dato Interesante
Hay otro esqueleto que puede considerarse con razón el primer hallazgo. Se trata del llamado “Pester Exemplar“, que se dio a conocer en 1779, pero que originalmente se clasificó como una especie de crustáceo extinto.
Collini, que describió la criatura, opinó que no era un tipo de animal volador, sino un miembro de la fauna acuática. Esta teoría está respaldada desde hace mucho tiempo en varios niveles científicos.
En 1830, el zoólogo alemán Johannes Wagler escribió un artículo sobre ciertos anfibios, que se apoyaba en la imagen de un pterodáctilo. Wagler no sólo presentó la imagen del reptil volador al público, sino que lo situó en una clase especial de animales entre las aves y los mamíferos.
La Hipótesis de Herman
El zoólogo francés fue el primero en especular que el cuarto dedo del pterodáctilo servía para retener la membrana del ala. Fue este zoólogo quien alertó por primera vez a Georges Cuvier de que había restos interesantes. Le preocupaba que los soldados de Napoleón no los llevaran a París. Junto con una carta en la que exponía su propia interpretación del origen de los fósiles, Johann Hermann envió un dibujo en blanco y negro en el que aparecía una criatura con las alas extendidas de forma redondeada que se originaba en el dedo anular.
Tomando como base la apariencia de los murciélagos, Herman colocó la membrana en el espacio entre el cuello y la muñeca, aunque la membrana y el pelaje en sí estaban ausentes. A pesar del hecho de que él mismo no participó en los estudios, Hermann identificó a esta criatura como un animal. A pesar de algunos hechos, a Cuvier le gustó la interpretación de la imagen del mamífero, que sirvió como fuente para futuras obras de Cuvier. Lo único que Cuvier hizo fue identificar los restos a los reptiles.
Dato Importante
En 1852, un monumento de bronce a un pterodáctilo iba a ser instalado en el The Jardin des plantes París. No se sabe por qué razones, pero no se hizo, aunque el proyecto se realizó dos años después. De hecho, el monumento no se erigió en Francia, sino en Inglaterra, en el recién inaugurado Hyde Park.
El Nombre Pterodáctilo
En 1809, el mismo Cuvier describió el reptil volador con más detalle al público. En este trabajo, fue el primero en denominar el hallazgo “Ptero-Dactyle“, que significa “ala y dedo”. Cuvier fue también el primero en romper el mito de que esta especie era un ave costera. Durante ese mismo periodo, se supo que el ejército francés no había retirado los restos porque estaban en posesión de un fisiólogo alemán. Mientras examinaba los restos, la prensa informó de que los restos habían desaparecido. Cuando el fisiólogo leyó este informe, informó a Cuvier de que nadie había robado el hallazgo.
En 1812, el fisiólogo alemán escribió un artículo en el que afirmaba que la criatura era una especie intermedia entre las aves y los murciélagos.
Cuvier publicó un artículo contrario en el que insistía en que los restos pertenecían a un antiguo reptil. En 1817 se encontró otro ejemplar de pterodáctilo mucho más pequeño.
Dato Importante
Ya en 1815, un zoólogo estadounidense sugirió utilizar el término Pterodactyl “pterodáctilo“, tras leer la obra de Cuvier.
En los tiempos modernos, los científicos, armados con los últimos avances de la ciencia, llevaron a cabo un análisis exhaustivo de los restos. El resultado fue que había una sola especie de pterodáctilo.
¿Dónde Vivían los Pterodáctilos?
Los pterodáctilos vivieron en nuestro Planeta hace 150-145 millones de años, apareciendo en el período Jurásico y desapareciendo en el período Cretácico. Algunos científicos creen que los pterodáctilos vivieron exclusivamente en el período Jurásico.
Dato Importante
Prácticamente todos los restos fosilizados se han encontrado en las calizas de Solnhofen y, sólo una pequeña parte pertenece a algunos Estados de Europa, así como África, América y Australia.
Como resultado de sus hallazgos, los científicos suponen que los pterodáctilos habitaban zonas bastante extensas. Los restos de los pterodáctilos fueron encontrados en 2005 en las orillas del río Volga.
De qué se Alimentaban los Pterodáctilos
Basándose en los hallazgos de los fósiles, los científicos concluyeron que los pterodáctilos se alimentaban de todo lo que sus agudos ojos podían ver desde su altura de vuelo. Naturalmente, el tamaño de la presa no superaba las capacidades del cazador.
La base de la dieta era el pescado, que era abundante en varias masas de agua.
Reproducción y Descendencia
Como los pterodáctilos preferían vivir en grupos múltiples, sus lugares de anidación formaban grandes colonias. Como sus nidos se situaban lo más cerca posible de las masas de agua, anidaban en acantilados escarpados. Según los especialistas, los pterodáctilos eran padres responsables. Cuidaban de sus crías y también les enseñaban a sobrevivir en su entorno.
Enemigos Naturales
En aquellos lejanos tiempos, hace millones de años, nuestro planeta albergaba una variedad de depredadores para los que los pterodáctilos servían de pequeñas presas. Estaban en peligro, ambos en el aire. pero también en el suelo, y los pterodáctilos no estaban muy cómodos en el suelo. Eran presa fácil para muchos depredadores terrestres.
En aquellos tiempos lejanos que se remontan a millones de años, nuestro planeta fue el hogar de muchos animales depredadores diferentes, para los cuales los pterodáctilos sirvieron como presas pequeñas. Estaban al acecho por el peligro, tanto en el suelo como en el aire. En el suelo especialmente porque los pterodáctilos no se sentían muy cómodos, y se convirtieron en presas fáciles para muchos depredadores terrestres.
Palabras Finales
Es difícil imaginar que hace muchos millones de años existieran estos animales en el planeta Tierra. Aunque los científicos aún sólo adivinan cómo pudieron volar estos reptiles, las pruebas sugieren que sí lo hicieron. La mera presencia de una membrana interdigital sugiere que pasaron parte (quizás la mayor parte) de su vida en el cielo. Que estos reptiles eran volátiles también lo indica la estructura de sus huesos, que eran huecos. En otras palabras, independientemente de lo que piensen todo tipo de especialistas, los pterodáctilos representan fósiles de reptiles voladores, aunque para los especialistas modernos muchos hechos son dudosos porque muchas cosas no se pueden explicar. Muchos misterios del pasado aún no se han resuelto, aunque cada día se encuentra algo nuevo e inexplicable.
Es muy posible que los pterodáctilos sean los progenitores del mundo moderno de las aves, lo cual es poco probable. Así lo demuestra la aparición de estos reptiles, que no tienen ningún parecido con las aves modernas, salvo la presencia de alas primitivas, en cuanto al concepto moderno. Ni siquiera el hecho de que los pterodáctilos pudieran volar demuestra que fueran aves. Muchos científicos se afanan en encontrar pruebas de, al menos, cierta afinidad entre la fauna que existía hace muchos millones de años y la actual.