Tarbosaurus: Características y Curiosidades

En lo que hoy es China y Mongolia, los Tarbosaurus, un género de carnívoros gigantescos, vivieron en el Cretácico Superior. Los expertos los clasifican entre los dinosaurios de la familia de los Tiranosáuridos (Tyrannosauridae). Esto ocurría hace unos 60 millones de años. Los Tarbosaurus también pertenecen al orden saurisquios y al suborden terópodos (theropoda).

Descripción del Tarbosaurus

Desde 1946 no se han encontrado muchos restos de Tarbosaurus. A pesar de ello, los expertos han podido reconstruir la imagen de este gigantesco animal a partir de fragmentos de restos, así como sacar algunas conclusiones sobre el estilo de vida de estos lagartos. También han podido establecer qué tipo de cambios sufrieron los animales durante su evolución. Aunque de tamaño algo menor que los tiranosaurios, los Tarbosaurus pueden considerarse como uno de los mayores representantes de los tiranosáuridos.

Tarbosaurus Bataar en 3D
Tarbosaurus Bataar en 3D

Apariencia y Tamaño del Tarbosaurus

Su aspecto se asemeja al de los antaño temibles tiranosaurios. En comparación con el Albertosaurus y el Gorgosaurus, los Tarbosaurus tenían un físico más corpulento, un cráneo proporcionalmente grande y huesos ilíacos bien proporcionados y relativamente largos. La especie T. bataar, según algunos investigadores, puede considerarse perteneciente a los Tiranosaurios. Esta opinión fue sostenida por muchos especialistas inmediatamente después del descubrimiento, así como durante estudios posteriores de los restos.

Dato Importante

Un segundo conjunto de hallazgos arqueológicos, que se creía que pertenecían al género Alioramus, han confirmado que esta especie es un miembro del género Alioramus, mientras que difiere drásticamente del género Tarbosaurus.
Tarbosaurus comparación de tamaño con humano
Tarbosaurus comparación de tamaño con humano

Se cree que la estructura esquelética de los Tarbosaurus es bastante robusta. La coloración básica de la piel escamosa dependía en gran medida de las condiciones del hábitat. El tamaño de este gigante es impresionante, ya que los ejemplares adultos solían alcanzar los 10 metros de longitud o incluso más. La altura del gigante se estimaba en 5 metros, si no más, y su peso corporal rondaba las 5 toneladas. El cráneo medía más de un metro de largo y no era ancho, pero sí alto.

Estos depredadores se consideran cazadores imbatibles porque tenían el oído y el olfato muy desarrollados. Eran bastante firmes y tenían un buen sentido del equilibrio corporal. El depredador tenía una boca igualmente poderosa y unas mandíbulas potentes, armadas con un gran número de dientes bastante afilados. Los Tarbosaurus destacaban por tener unas extremidades anteriores relativamente cortas, con dos dedos en forma de garra en cada extremo. Las extremidades posteriores no sólo eran poderosas, sino también fuertes, con tres dedos de apoyo cada una. La cola, comparativamente larga, permitía al depredador mantener el equilibrio incluso en movimientos rápidos.

Comportamiento y Estilo de Vida

Basándose en el estudio de los fósiles de lagartos gigantes, los expertos han sugerido que los Tarbosaurus, al igual que sus parientes los Tiranosaurios, eran animales solitarios y territoriales que cazaban en una zona concreta. A pesar de ello, algunos expertos han llegado a la conclusión de que, en determinadas condiciones, podrían haber cazado en grupo.

Los científicos creen que es más probable que los tarbosaurus cazasen en familia con sus crías. Además, hay pruebas de que las crías en crecimiento podían haber permanecido cerca de sus padres durante mucho tiempo, aprendiendo los rudimentos de la supervivencia.

Imagen reconstruida del Tarbosaurus
Imagen reconstruida del Tarbosaurus

¿Cuánto Vivían los Tarbosaurus?

La BBC emitió en 2002 un documental titulado “En tierra de gigantes“, cuya segunda parte se centraba en los tarbosaurus. La segunda parte de la película se titulaba “La garra del gigante“. En este segmento, los científicos dieron a conocer los presuntos periodos de vida de los tarbosaurus. Según ellos, estos dinosaurios no vivían más de tres décadas.

Dimorfismo Sexual

De hecho, los científicos aún no han podido determinar los rasgos externos que indicarían si los individuos pertenecían a un sexo u otro. Llevan más de siete décadas intentando resolver este problema.

Historia del Descubrimiento

La especie Tarbosaurus bataar se considera el único espécimen generalmente aceptado, en términos de objeto tipo para la investigación. Los tarbosaurus fueron descubiertos por primera vez durante una de las expediciones de especialistas soviético-mongoles en la provincia de Ömnögovi y la Formación Nemegt, en la que se encontró un cráneo con varios fragmentos vertebrales. Como resultado del hallazgo, los especialistas tenían mucho con lo que trabajar. En las fases iniciales del estudio de estos restos, los especialistas supusieron que pertenecían a una nueva especie de tiranosaurio norteamericano. Muchas coincidencias apuntaban a este hecho. El hallazgo recibió el número de identificación “PIN 551-1“.

Dato Importante

En 1955, el mundo se enteró de la descripción de otros tres fragmentos de cráneo pertenecientes a restos de Tarbosaurus. Además de los fragmentos de cráneo, también se encontraron restos óseos. Cabe señalar que los restos encontrados indicaban un tamaño algo menor de los individuos.

El espécimen PIN 551-2 recibió el nombre de Tyrannosaurus efremovi, en honor a Ivan Efremov, famoso escritor ruso de ciencia ficción y paleontólogo. El espécimen número PIN 553-1 recibió el nombre de “Gorgosaurus lancinator“, mientras que el espécimen número PIN 552-2 se denominó “Gorgosaurus novojilovi“.

En 1965, en el curso de nuevas investigaciones, un paleontólogo soviético afirmó que todos los especímenes encontrados pertenecían a la misma especie, que se encontraba en diferentes fases de su desarrollo. Como resultado de los nuevos planteamientos de la investigación, los científicos llegaron a la conclusión de que los terópodos no representaban a la especie original de tiranosaurio.

Esqueleto del Tarbosaurio gigante
Esqueleto del Tarbosaurio gigante

En consecuencia, todos los restos fueron reconocidos como restos de Tarbosaurus, aunque se mantuvo el nombre original de “Tarbosaurus bataar”. Poco después, aparecieron entre los hallazgos anteriores nuevos ejemplares encontrados en el desierto de Gobi. Muchos especialistas coincidieron, basándose en los nuevos hallazgos, en que la dirección de la identificación era correcta, pero en general el problema de la identificación sigue existiendo hoy en día.

Los problemas no acabaron ahí, ya que en 1992, un paleontólogo estadounidense examinó muy de cerca todos los restos y llegó a la conclusión de que los datos originales que habrían dado sentido a estos estudios eran claramente insuficientes. También afirmó que la información era insuficiente para identificar al depredador como un género aparte.

Como resultado, todas las investigaciones anteriores quedaron en entredicho y todos los restos se atribuyeron a la especie Tarbosaurus bataar.

Dato Importante

A pesar de que el Tarbosaurus bataar no ha sido estudiado a fondo hasta la fecha, a lo largo de los años los paleontólogos han reunido una buena colección de restos consistentes en fragmentos de esqueletos y cráneos. Los científicos tienen mucho trabajo por hacer a partir de esta base, realizando nuevos descubrimientos.

Dónde Vivían los Tarbosaurus

Hace muchos millones de años, los tarbosaurus habitaban territorios que hoy ocupan estados como China y Mongolia. Se encontraban principalmente en zonas no densamente cubiertas de vegetación. En épocas de calor y en busca de alimento, estos depredadores probablemente se adentraban en lagos poco profundos donde podían encontrar comida en forma de tortugas, cocodrilos y otros habitantes acuáticos.

¿De qué se Alimentaban los Tarbosaurus?

La boca de un Tarbosaurus estaba armada con casi seis docenas de dientes afilados, de hasta nueve centímetros de largo. Según conocidos expertos, estos depredadores se alimentaban principalmente de carroña. Les resultaba difícil cazar por su cuenta, por lo que sólo tenían que alimentarse de cadáveres de animales ya muertos. Estas suposiciones están relacionadas con las peculiaridades de su anatomía. Con un cuerpo tan macizo, no podían cazar acechando a sus presas potenciales.

Si desarrollan una gran velocidad al desplazarse, lo que es igual de problemático, el depredador podría resultar gravemente herido en el proceso de caída. Los expertos coinciden en que estos depredadores, que se extinguieron hace millones de años, podían acelerar hasta una velocidad de 30 km/h y no más. También cabe destacar que estos dinosaurios no tenían una vista muy aguda, así como la presencia de huesos cortos en la tibia. Esto no permitía al depredador sentirse seguro en el proceso de caza, ya que la velocidad era significativamente escasa. Tales suposiciones sugerían que el depredador era muy lento y torpe.

Dato Curioso

A pesar de estas conclusiones, los expertos creen que este depredador podría haber depredado fácilmente animales extintos como saurolophus, opisthocoelicaudia, protoceratops, y therizinosaurios.

Reproducción y Crías

Tarbosarus en familia
Tarbosarus en familia

Tras la fecundación, la hembra del Tarbosaurus ponía varios huevos en su nido, tras lo cual las futuras crías eran custodiadas por los adultos. La hembra preparaba el nido con antelación, utilizando para ello varios escondites. Una vez nacidas las crías, la hembra tenía que dejar a sus cachorros en el nido e ir en busca de comida, sobre todo porque había mucho que comer. Se calcula que los cachorros comían hasta 30-40 kilos de comida a la vez, que era regurgitada por la madre. Se cree que los cachorros no se alimentaban de carroña, sino de comida fresca en forma de dinosaurios herbívoros.

Las crías emergentes no se desarrollaban de manera uniforme, por lo que se alimentaba primero a las más fuertes, ahuyentando a las más débiles. Poco a poco, el número de crías recién nacidas fue disminuyendo. Así, se llevó a cabo la selección natural y sólo se desarrollaron los Tarbosaurus más fuertes, que se independizaron más tarde.

A los dos meses de edad, los cachorros habían alcanzado un tamaño de unos 0,7 m y no eran una réplica exacta de sus padres, ya que presentaban una serie de diferencias. Prueba de ello son los primeros hallazgos en forma de esqueleto completo de Tarbosaurus, bastante bien conservado, especialmente la zona de la cabeza. Gracias a la presencia de este espécimen, los científicos pudieron realizar un examen más completo, que permitió determinar una serie de diferencias.

Por ejemplo, los científicos no pudieron especular exactamente cómo variaba el número de dientes en la boca de estos depredadores a lo largo de su vida. Según algunas especulaciones, su número disminuía a medida que los individuos envejecían. Los estudios han descubierto que los individuos jóvenes tenían el mismo número de dientes en la boca que los tiranosaurios más viejos. Por lo tanto, la suposición de que el número de dientes en los Tarbosaurs disminuía con la edad tuvo que ser abandonada.

Es absolutamente seguro que los tiranosaurios jóvenes cazaban de forma totalmente independiente y no dependían de sus padres en esta materia. Algunos expertos sugieren que las crías resultantes no conocían en absoluto a sus padres y no se reunieron con ellos en su vida. No existía competencia alimentaria entre jóvenes y adultos. Los jóvenes Tarbosaurs tampoco eran de gran interés para otros depredadores.

Enemigos Naturales

Tarbosaurus atacado por dinosaurios Velociraptor
Tarbosaurus atacado por dinosaurios Velociraptor

Teniendo en cuenta el tamaño adulto de los Tarbosaurs, ya que eran de tamaño gigantesco, es difícil imaginar que tuvieran enemigos naturales. No obstante, cabe suponer que sí se produjeron enfrentamientos entre terópodos vecinos. Decir que los depredadores eran amistosos entre sí no quiere decir que ocurriera en la fase inicial de la evolución.

Para Concluir

En las primeras etapas del desarrollo evolutivo, los animales no se distinguían por tener suficiente cerebro como para decir que se comportaban como animales sociales, aunque algunos rudimentos básicos estaban presentes. Estaban dictados por las condiciones del hábitat, donde cada especie luchaba por sobrevivir, y sobrevivir en solitario no era tan fácil si nos fijamos en la lista de los distintos animales depredadores que habitaban nuestro planeta hace unos pocos millones de años.

En aquellos lejanos tiempos, cuando había muchos carnívoros simplemente enormes viviendo en el planeta, la cuestión de la supervivencia era lo primero. Se ha especulado que, una vez nacidas las crías de los Tarbosaurus, tenían que buscarse la comida. Lo más probable es que las crías hubieran muerto antes de darse cuenta de que habían nacido. Lo más probable es que las crías recién nacidas hubieran permanecido cerca de sus padres durante un largo periodo de tiempo para protegerse de los enemigos naturales.

En otras palabras, a los científicos aún les queda mucho trabajo por hacer, aunque cada año es más difícil fantasear y especular, pues ya se ha encontrado todo lo que se podía encontrar. Sólo nos queda esperar más descubrimientos de fósiles para seguir explorando el pasado de nuestro planeta.

Por regla general, el pasado es un velo para nosotros y el futuro también. De hecho, debemos ocuparnos seriamente de nuestro presente, ya que la naturaleza está amenazada, y todos los esfuerzos de los científicos deben dirigirse a predecir nuestro futuro, ya que está amenazado. Hay muchas pruebas al respecto, y no tiene sentido retroceder en el tiempo.

Video del Tarbosaurus

Preguntas Frecuentes (FAQs) del Tarbosaurus

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